La falsa polilla, intrusa en los cítricos, emerge como una de las principales inquietudes. junto con la ausencia de requerimientos de tratamiento en frío. El riesgo también se extiende a importaciones de rosas y granadas.
Hoy Lunes – En un esfuerzo por resguardar la vitalidad de la industria citrícola, el conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, dirige una apremiante carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Esta misiva da voz a la creciente preocupación del sector ante la propagación de plagas y enfermedades que amenazan la importación de productos vegetales de terceros países en el mes de julio.
Aguirre, con determinación, insta a una revisión profunda de los requisitos fitosanitarios en las importaciones, con el fin de contener y prevenir la proliferación de plagas. Además, resalta la necesidad de reevaluar los acuerdos comerciales con regiones como Brasil y Sudáfrica.
La falsa polilla, intrusa en los cítricos, emerge como una de las principales inquietudes. Los primeros indicios de esta plaga en cítricos sudafricanos, junto con la ausencia de requerimientos de tratamiento en frío, encienden las alarmas. Aguirre plantea la obligatoriedad de dicho tratamiento para evitar su dispersión. El riesgo también se extiende a importaciones de rosas y granadas, lo que impulsa a proponer medidas más rigurosas, incluyendo la identificación de puertos de entrada y la trazabilidad de lotes.
Otro adversario es la mancha negra Phyllosticta citricarpa, que afecta cítricos provenientes de países como Egipto. Aguirre advierte sobre el peligro de importaciones masivas desde el hemisferio sur y pide vigilancia ante el desafío fitosanitario. La amenaza de pérdida en salud vegetal y los consiguientes daños económicos, sociales y ambientales enfatizan la gravedad de la situación.
En este contexto, el conseller resalta la necesidad de adaptar las regulaciones y aplicar cierres automáticos de importaciones en caso de detección de la enfermedad. Subraya la racionalización del uso de plaguicidas por motivos de salud y protección ambiental, además de señalar la disparidad entre las regulaciones aplicadas a productos importados y la producción local.
La carta de Aguirre resuena como un llamado urgente a la acción para preservar la salud de la agricultura y proteger la industria citrícola frente a los embates de plagas y enfermedades importadas.
