¿Quién puede soportar las heridas y vivir triste para siempre?
Por Ehab Soltan… La segunda parte de la novela {LimoneroII}
Hoylunes – En el rincón más oscuro de mi corazón, resonaban las palabras no pronunciadas de un amor que se desvanecía. «Te amo… te amo tanto», murmuraba en la penumbra de una conexión que parecía desmoronarse. Sin embargo, tus sentimientos se deslizaban lejos, como hojas llevadas por el viento, y tu corazón permanecía imperturbable, fuerte ante la tormenta emocional que amenazaba con desgarrarme.
Este, me di cuenta, era el error de mi vida, un capítulo que estaba destinado a llegar a su fin. El tormento que me consumía, aunque agudo en el presente, prometía disminuir con el tiempo. Mi amor por ti, que alguna vez fue un fuego ardiente, parecía destinado a menguar hasta convertirse en un susurro olvidado.
Soñé en construir un futuro a tu lado, pero los sueños, ilusorios como sombras en la noche, se desvanecían al amanecer de la realidad. Las noches, crueles testigos de nuestra decadencia, desgarraban las esperanzas que tejíamos juntos. Llorar por un amor que ya no era, se convirtió en la sinfonía triste que me arrullaba en la oscuridad.
Desearía sentirme segura en mi amor por ti, pero la realidad era implacable. Los sueños se desmoronaban, y mañana, prometía olvidar. Quedaría un recuerdo, un eco lejano en mi vida, de un amor que fue, pero ya no es.
Los años pasarán, como lo hacen con todas las cosas. Te irás, como mucha gente que ha abandonado mi vida sin regresar. ¿Quién puede soportar las heridas y vivir triste para siempre? Mientras la llama del amor en tu corazón se apague, yo estaré muy lejos, buscando un refugio en la distancia, tratando de teñir de colores nuevos los paisajes de un corazón que una vez fue tuyo #ehabsoltan #limoneroII
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