El Plan de Impulso a la Gastronomía Española entra en fase de consulta pública con el objetivo de consolidar su papel cultural, económico y social y proyectarlo hacia un liderazgo internacional sostenible, diverso e innovador.
HoyLunes – La gastronomía española es un patrimonio vivo. Es tradición, es territorio, es cultura y es evolución constante. Y hoy, más que nunca, se encuentra en un punto clave de desarrollo. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación mantiene abierta hasta el 1 de diciembre la consulta pública para diseñar el nuevo Plan de Impulso a la Gastronomía Española, un instrumento estratégico que aspira a fortalecer la estructura gastronómica del país y potenciar su presencia en el mundo.
Este proceso, iniciado el pasado 26 de septiembre, invita a toda la ciudadanía, profesionales del sector, instituciones y agentes sociales a aportar ideas y sugerencias. El objetivo es crear un plan sólido y representativo, acorde con la diversidad gastronómica y alimentaria de España, y alineado con los desafíos sociales, económicos, culturales y ambientales del siglo XXI.
La gastronomía como motor cultural, económico y social
Durante décadas, España ha consolidado su cocina como una referencia global. Desde los grandes restauradores reconocidos internacionalmente hasta los pequeños productores locales que defienden los sabores de proximidad, el ecosistema gastronómico español forma una red de valor que influye directamente en la economía, la identidad cultural y el posicionamiento internacional del país.
El plan que hoy se somete a consulta reconoce esta realidad y la sitúa en el centro de la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA). El Ministerio busca reforzar tres ejes fundamentales:
La gastronomía como patrimonio cultural:
Preservar los saberes tradicionales, proteger los recetarios históricos, fortalecer la relación entre cocina y territorio y revitalizar las prácticas culinarias que han configurado la identidad española.
La gastronomía como motor económico y social:
Impulsar a la restauración, apoyar al sector agroalimentario, promover la innovación, favorecer la formación y garantizar que los beneficios alcancen tanto a grandes referentes como a pequeños productores y profesionales emergentes.
La gastronomía como plataforma de proyección internacional:
Reforzar la presencia de España en los mercados exteriores, mejorar su posicionamiento cultural y estimular el turismo gastronómico desde una visión moderna, profesional y sostenible.
Una iniciativa integradora que busca ordenar y proyectar
El plan no parte de cero. España ya ocupa un lugar destacado en el escenario culinario mundial y dispone de múltiples proyectos, iniciativas y políticas orientadas a fortalecer su sistema alimentario. Sin embargo, este nuevo impulso pretende ordenar lo existente, sumar esfuerzos dispersos y crear una visión común, coherente y ambiciosa.
El Ministerio subraya la necesidad de integrar a todos los profesionales relacionados con la gastronomía:
restauradores y chefs,
agricultores y ganaderos,
productores artesanales,
investigadores,
docentes y formadores,
asociaciones sectoriales,
instituciones culturales,
y ciudadanía interesada.
El carácter participativo de la consulta pública busca asegurar que la versión final del plan represente verdaderamente la pluralidad de voces que conforman la gastronomía española. El resultado: un instrumento útil, transversal y preparado para afrontar los retos contemporáneos, desde la sostenibilidad ambiental hasta la internacionalización de calidad.
Gastronomía y sistema alimentario: un vínculo estratégico
La Gastronomía no es un elemento aislado: forma parte esencial del sistema alimentario del país. La Estrategia Nacional de Alimentación destaca precisamente este vínculo, reconociendo que la cocina actúa como un puente entre los productores y los consumidores, y entre el territorio y la identidad cultural.
La ENA propone reforzar este papel a través de medidas centradas en:
La recuperación del patrimonio culinario, incluyendo recetarios tradicionales y conocimientos locales.
La promoción de la innovación culinaria, como motor de vanguardia internacional.
El fomento del orgullo gastronómico, creando una narrativa común que reconozca el valor cultural y social de los alimentos y de quienes los producen.
La sostenibilidad y la calidad, asegurando que el desarrollo gastronómico se alinee con las necesidades de un sistema alimentario responsable y moderno.
Estas líneas estratégicas explican por qué el Ministerio subraya la importancia de que el nuevo plan avance en conjunto con el sector y con la ciudadanía, reforzando un modelo de alimentación sostenible, competitivo y socialmente valioso.
La visión: una gastronomía inclusiva, transformadora y orientada al futuro
El plan se fundamenta en una visión clara: la cocina española del futuro debe ser inclusiva, diversa, sostenible e innovadora. Una gastronomía capaz de representar la pluralidad del país y, a la vez, avanzar hacia nuevos desafíos globales.
Esta visión implica:
Consolidar la marca España gastronómica mediante estrategias de internacionalización coordinadas.
Reforzar el papel de la gastronomía en la economía rural, conectando la cocina con los orígenes de los alimentos.
Promover la equidad dentro del sector, dando espacio a mujeres, jóvenes y profesionales emergentes.
Fomentar una formación sólida que vincule gastronomía, ciencia, tecnología y tradición.
Impulsar la gastronomía como herramienta de cohesión cultural y social.
En un contexto en que la cocina evoluciona a gran velocidad y donde los consumidores exigen calidad, autenticidad y sostenibilidad, el plan se presenta como un instrumento que permitirá avanzar con coherencia y solidez.
Hacia una gastronomía que inspira, une y representa a un país entero
España se encuentra ante una oportunidad estratégica para consolidar su liderazgo gastronómico internacional y fortalecer su sistema alimentario. El proceso de consulta pública demuestra una voluntad clara: abrir la toma de decisiones, escuchar al sector y construir un plan que refleje la diversidad real del país.
Este esfuerzo no solo busca mejorar la competitividad o la proyección internacional, sino también reforzar el vínculo emocional y cultural que la ciudadanía mantiene con su gastronomía. El futuro de la cocina española no se escribirá solo en los restaurantes, sino en los campos, en las escuelas, en los hogares y en cada espacio donde los alimentos se transforman en cultura.
El reto es ambicioso, pero también profundamente inspirador. Fortalecer la gastronomía es fortalecer la identidad. Y participar en este proceso —aportar ideas, escuchar otras voces y construir juntos— es una invitación a recordar que la cocina, en España, nunca ha sido solo comida: es comunidad, es memoria, es innovación, es futuro…. Un futuro que comienza hoy, con cada aportación.
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