Nutrición que abriga: cómo comer para mantener el calor, fortalecer defensas y atravesar el invierno con energía.
Por Ziead Soltan
HoyLunes – Las olas de frío llegan sin pedir permiso: congelan las calles, ralentizan las ciudades y obligan al cuerpo a trabajar el doble para mantenerse caliente. Pero incluso cuando el clima se vuelve hostil, la alimentación puede transformarse en un aliado poderoso. No solo para conservar la temperatura corporal: también para reforzar las defensas, mantener la energía y evitar que el invierno nos deje sin fuerzas.
Los alimentos más eficaces —y deliciosos— para atravesar los días más fríos del año.
El poder del calor interior: sopas, caldos y guisos
Cuando el frío aprieta, los líquidos calientes no solo reconfortan: ayudan al cuerpo a regular su temperatura y a hidratarse, algo que suele descuidarse en invierno.
Por qué funcionan:
Mantienen el cuerpo caliente por más tiempo.
Facilitan la digestión.
Concentran nutrientes cuando están hechos con verduras, legumbres o huesos.
Recomendaciones estrella:
Caldo de verduras con jengibre.
Guisos de garbanzos, lentejas o alubias.
Crema de calabaza o zanahoria con cúrcuma.

Carbohidratos inteligentes: energía que dura
En las olas de frío, el cuerpo consume más energía para mantener la temperatura interna. Por eso los carbohidratos complejos se convierten en un soporte esencial.
Elige opciones que calientan y sacian:
Avena caliente con fruta.
Arroz integral.
Patata, boniato y castañas.
Panes integrales de grano entero.
Estos alimentos liberan energía de manera lenta y constante, evitando bajones y brindando una sensación de calor prolongada.
Especias que abrigan: pequeño toque, gran impacto
Algunas especias elevan ligeramente la temperatura corporal y estimulan la circulación.
Las mejores para combatir el frío:
Jengibre
Canela
Pimienta negra
Cúrcuma
Cayena (con moderación)
Incorpora estas especias en infusiones, sopas o postres sencillos. Te sorprenderá el cambio.
Proteínas que fortalecen: músculo y defensas en invierno
Las proteínas son fundamentales para sostener el sistema inmunitario y mantener la masa muscular, especialmente cuando el cuerpo enfrenta temperaturas extremas.
Fuentes recomendadas:
Huevos
Legumbres
Pescados azules (ricos en omega-3)
Pollo y pavo
Frutos secos y semillas
Combinadas con carbohidratos complejos, ofrecen calor, energía y saciedad de larga duración.

Frutas y verduras de invierno: la vitamina del frío
El invierno también trae alimentos poderosos y llenos de nutrientes. Son esenciales para reforzar el sistema inmunitario y proteger al cuerpo de infecciones comunes durante las olas de frío.
Protagonistas de temporada:
Mandarina, naranja y kiwi
Brócoli, coliflor y col rizada
Calabaza, puerro y nabo
Granada
Manzana y pera
Además de fortalecer las defensas, aportan fibra y antioxidantes que equilibran la dieta.
Grasas saludables: combustible lento para el cuerpo
Cuando las temperaturas bajan, el cuerpo agradece grasas sanas que se digieren lentamente y producen un calor energético sostenido.
Incluye en tus comidas:
Aguacate
Aceite de oliva virgen extra
Frutos secos
Semillas de chía o lino
Pescado azul
Estas grasas alimentan el cerebro, mejoran la circulación y mantienen la energía estable durante el día.

Bebidas calientes que protegen: más allá del sabor
El clásico café o té siempre es bienvenido, pero hay otras bebidas que reconfortan y refuerzan la salud.
Ideas que funcionan:
Infusión de jengibre y limón
Chocolate caliente con cacao puro
Leche dorada con cúrcuma
Caldo casero bebido directamente en taza
Estas bebidas ayudan a mantener la hidratación, un aspecto olvidado durante el frío y fundamental para el sistema inmunitario.
El frío no solo se combate con bufandas y calefacción. También se vence desde dentro, a través de los alimentos que elegimos. En las olas de frío, una dieta cálida, nutritiva y equilibrada no es un lujo ni un capricho estacional: es una herramienta de bienestar.
Cada taza caliente, cada guiso humeante y cada fruta de invierno es una pequeña defensa que fortalece al cuerpo frente a los días más helados del año.
Comer bien es, en esencia, otra forma de cuidarse.
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