«Silencios del Corazón» Es una historia que nos recuerda que, a veces, el amor más profundo se encuentra en los espacios no dichos, en los silencios compartidos y en las miradas que hablan más que las palabras.
Por Ehab Soltan… La segunda parte de la novela {LimoneroII}
Hoylunes – En la encantadora ciudad de Valencia, entre calles adoquinadas y susurros de fuentes, vivía José, un hombre cuyo corazón albergaba un amor secreto y profundo por Heidi, una mujer que iluminaba su mundo.
José, un hombre de naturaleza reservada y emociones intensas, amaba a Heidi en silencio. Cada día, sus ojos seguían sus movimientos, cada sonrisa, cada gesto, guardando esos momentos en lo más profundo de su ser. «La amaba para mí y no le conté lo que tenía en mente», se decía a sí mismo.
La presencia de Heidi era como una luz en la vida de José. Cada vez que se encontraba con ella, su corazón latía con fuerza, pero las palabras se perdían en su garganta. «No sé qué me pasa cuando veo sus ojos, ya no sé qué decirle», pensaba José, abrumado por su amor y temor.
El amor de José por Heidi era un océano de emociones inexploradas. «Todo el amor del mundo está en mi corazón para ti, Heidi», susurraba para sí mismo, soñando con el día en que podría compartirle sus sentimientos.
A pesar de su amor, José guardaba silencio, temiendo que su confesión pudiera cambiar su relación para siempre. «Si las palabras expresaran ternura, hubiera dicho que te amo desde hace mucho tiempo», reflexionaba, con la esperanza de que Heidi pudiera sentir su amor sin necesidad de palabras.
Cada día, el anhelo de José por Heidi crecía, y guardaba sus sentimientos más profundos, esperando que el amor verdadero encuentre su camino en el silencio, alimentando la esperanza de que algún día ella pudiera sentir la profundidad de sus sentimientos. «Espero que sientas mis ansias cuando te vea», pensaba, imaginando un futuro en el que su amor fuera correspondido.
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