Cómo el lenguaje de la eficiencia transformó la consulta médica y dejó al cuidado buscando un lugar propio entre protocolos, indicadores y objetivos de rendimiento.
HoyLunes – No ocurrió de golpe.
Nadie anunció el cambio con un decreto ni con una reforma visible. Simplemente, un día, el lenguaje de la clínica empezó a parecerse demasiado al de una hoja de cálculo.
Se empezó a hablar de «rendimiento», de «optimización del tiempo», de «impacto asistencial», de «eficiencia por acto médico». Palabras legítimas en economía, necesarias en la gestión pública, incluso inevitables en sistemas sanitarios complejos. El problema no es que existan. El problema es «cuando colonizan el acto de cuidar».
Porque cuidar y rendir no son sinónimos.
Y confundirlos tiene consecuencias.

Cuidar no es producir
El cuidado es una relación.
El rendimiento es un resultado.
El primero exige tiempo imprevisible, escucha desigual y una atención que no siempre se traduce en una mejora cuantificable. El segundo necesita indicadores claros, procesos repetibles y comparaciones constantes.
Cuando el lenguaje del rendimiento entra en la consulta, algo se desplaza silenciosamente:
el paciente se convierte en «caso»,
el encuentro en «acto»,
la complejidad en «desviación».
No es una perversión moral del profesional. Es una adaptación racional a un sistema que «premia la velocidad y penaliza la pausa».
Ahí surge una incomodidad difícil de expresar: muchos profesionales saben que están haciendo “lo correcto según el sistema”, pero no siempre “lo correcto según su conciencia clínica”.
La eficiencia como virtud moral (y su trampa)
En los últimos años, la eficiencia ha dejado de ser un criterio técnico para convertirse en una virtud ética implícita. Ser eficiente no solo es deseable: parece moralmente correcto. Lo ineficiente se asocia a irresponsabilidad, incluso a mala praxis simbólica.
Este desplazamiento es peligroso porque desactiva el conflicto interior del profesional. Si algo está protocolizado y cumple indicadores, parece incuestionable. Pero la medicina no es una cadena de montaje, y la clínica real siempre contiene zonas grises.
La pregunta incómoda no es si la eficiencia es necesaria —lo es—, sino «qué queda fuera cuando todo debe ser eficiente»:
El paciente que necesita repetir su historia.
El diagnóstico que requiere más tiempo del asignado.
El silencio que precede a una mala noticia.
La intuición clínica que no cabe en un formulario.
Nada de eso “rinde”.
Pero todo eso cuida.

El cansancio que no aparece en las estadísticas
Aquí emerge un desgaste específico: el cansancio moral del profesional sanitario. No siempre adopta la forma clásica del *burnout*. A veces se manifiesta como «desalineación interna», como la sensación persistente de que algo esencial se pierde en el ejercicio cotidiano.
No es solo exceso de trabajo.
Es trabajar bien y sentir que el lenguaje dominante no reconoce lo que realmente importa.
Muchos profesionales no están agotados por cuidar, sino por «cuidar bajo un marco que no sabe nombrar el cuidado». Cuando el éxito se mide exclusivamente en cifras, la conciencia profesional se queda sin espacio para respirar.
Este malestar no se resuelve con talleres de resiliencia ni con motivación individual. Se aborda «revisando el relato que gobierna la medicina contemporánea».
Una pregunta que queda abierta
Tal vez la cuestión no sea cómo rendir mejor, sino «cómo proteger el acto de cuidar dentro de sistemas que exigen rendimiento».
Tal vez la pregunta que merece ser pensada sin prisas sea esta:
¿Qué parte de la medicina estamos dispuestos a perder para ganar eficiencia…
y quién decide que esa pérdida es aceptable?
HoyLunes no ofrece respuestas cerradas. Propone algo menos frecuente: «devolver complejidad al debate sanitario», sin consignas ni acusaciones fáciles.
Porque cuidar no es un problema de productividad.
Es un problema de lenguaje, de tiempo y de sentido.
Y eso —aunque no siempre se mida— también es salud.

Fuentes y lecturas recomendadas
Organización Mundial de la Salud (OMS) – Burnout an occupational phenomenon
https://www.who.int/news/item/28-05-2019-burn-out-an-occupational-phenomenon
The Lancet – Physician burnout: a global crisis
https://www.thelancet.com/series/physician-burnout
BMJ – Moral injury in healthcare professionals
https://www.bmj.com/content/364/bmj.l352
Epstein, R. & Street, R. – The values and value of patient-centered care
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2866626/
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