El Coraje de Abrazar una Nueva Historia

Cuando la valentía se convierte en medicina del alma: un llamado a soltar el pasado y renacer en una nueva historia.

Por Omaira Vivas

HoyLunes – Después de haber vivido episodios no muy buenos en la vida, es necesario revisar cuanto nos han afectado y no dejar que sean el tiempo y la distancia quienes intervengan para sanar, porque estos a veces se esconden para no dar la solución.

Comenzar una nueva historia no significa celebrar el final de otra o el cierre de un camino, sino el comienzo de una senda nueva. Sentir como una carga la impávida presencia de un ayer que se niega a marchar, es propio de quienes respiran por la herida. Aun cuando dicen que el tiempo lo cura todo, la memoria de una herida profunda colmada de presunta traición o injusticia es una influencia que alimenta esa memoria imborrable.

El sonido persistente de lo que se consideró injusticia en esas historias de vida no contadas, son un eco en el alma. Son esos ecos anclados al pasado de quienes no se han dado a la tarea de soltarlos, los que navegan por mares poco asertivos y alejados de esa paz interior a la que tiene derecho. Pero permítanme en este artículo susurrarles una verdad sobre lo que puede actuar como un bálsamo para el espíritu confundido, que no es más que asumir la valentía adecuada para un cambio.

La fórmula contiene una buena dosis de valentía y coraje. Estos componentes se activan para abrazar una nueva historia liberadora que permite ver con ojos de águila el renacer de posibilidades nuevas para la transformación total, sin estancamientos en el dolor y el fracaso del ayer.

La valentía es una decisión que nos despoja de las cadenas del sufrimiento, del dolor del pasado para dejarlo atrás y emprender la más trascendental de las odiseas, “Vivir a plenitud”. En otras palabras, la valentía no refiere un llamado a olvidar, sino entenderla como la fortaleza más genuina del ser humano, la cual sin duda está impregnada del valor y coraje para transformarlo todo.

El coraje de abrazar una nueva historia, no representa una frase vacía, sino un convite a la toma de conciencia, a la reflexión más profunda que genere acciones audaces para soltar lo que nos daña y lastima. Moramos en un cosmos complejo que a menudo nos amarra al pasado. Muchos nadan en estanques, aferrados a recuerdos, a heridas, a lo que fue o pudo haber sido, sin darse una nueva oportunidad.

En el pasado, la sabiduría ancestral desde la dimensión espiritual, ha ofrecido perspectivas variadas que conducen a comprender la existencia como un navegar, a veces sereno y otras veces turbulento. Por esto aferrarse a lo acaecido es pretender detener las aguas por donde se debe seguir navegando con nuestras olas.

Eckhart Tolle, gran escritor e influyente motivador, en su libro “El Poder del Ahora”, señaló que el verdadero sufrimiento no proviene del dolor en sí, sino de la resistencia a él. La liberación, la paz, yace en la aceptación radical de lo que es y lo que fue, sin permitir que defina quiénes somos en el presente.

Interpretando todas estas posturas, es posible descubrir la transformación como un proceso de desapego y renacimiento. Esa transformación arropada por la valentía limpiará la mente y el alma para consolidar la paz y serenidad necesarias para abrazar la nueva historia.

La metamorfosis personal no es un acto pasivo; es un acto de coraje en la conversión de un alquimista de la propia existencia.

El ser humano tiene poder, su capacidad innata de reescribir una nueva narrativa lo hace grande ante las dificultades. De igual manera, ese poder lo libera de las prisiones de lo experimentado, siendo así arquitecto de lo que sucederá.

Es falso que el tiempo lo cura todo. Toca a cada uno de nosotros curarlo a través de la acción consciente, el perdón y la decisión valiente de avanzar. En esa sanación, se encuentra una felicidad que no es efímera, sino profunda y merecida.

Hay que hacer de cada día, la oportunidad perfecta para lograr los cambios y transformaciones. Que la respiración sea un recordatorio y motivación para alcanzar todo lo que merecemos. Una vida plena, un futuro libre y una historia que refleje la grandeza de nuestra alma. Que tengamos el coraje de soltar, de perdonar, y de abrazar con valentía y esperanza, la nueva historia que nos espera.