A pesar de las críticas y las preocupaciones sobre su salud, Pixee defiende su transformación como un acto de autenticidad y autodeterminación.
Por Adelina Cueva
Hoylunes – Pixee Fox, una joven sueca de 26 años, ha invertido una considerable suma de dinero y sometido su cuerpo a más de 100 cirugías con un objetivo claro: parecerse a una caricatura. Desde rinoplastias y aumento de senos hasta la remoción de costillas, Pixee está en una búsqueda incansable de la perfección estética. A pesar de haber gastado más de $120,000 en procedimientos quirúrgicos, Pixee admite que aún no ha alcanzado la felicidad plena.
La ex electricista, ahora aspirante a modelo, ha rediseñado su figura para imitar personajes de dibujos animados, citando a Jessica Rabbit, Aurora de La Bella Durmiente y Holli Would de Cool World como sus principales fuentes de inspiración. Con una cintura de tan solo 16 pulgadas, Pixee se sometió recientemente a la extirpación de seis costillas inferiores con la esperanza de alcanzar su meta de reducirla a un asombroso récord de 14 pulgadas.
A pesar de las críticas y las preocupaciones sobre su salud, Pixee defiende su transformación como un acto de autenticidad y autodeterminación. A través de las redes sociales, donde cuenta con más de 70,000 seguidores, comparte su viaje y afirma ser un modelo a seguir. Pixee sostiene que su metamorfosis total es un compromiso con lo que ella llama «la vida tonta», una filosofía que busca inspirar a otros a atreverse a ser ellos mismos y rodearse de personas que los apoyen.
El relato de Pixee revela una dedicación extrema a su apariencia, desafiando las normas convencionales de belleza y desencadenando conversaciones sobre los límites de la cirugía estética. Su historia invita a reflexionar sobre la búsqueda de la perfección y los estándares de belleza en la sociedad contemporánea.
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