¿Cómo un ser tan pequeño podía pensar en la muerte y en Dios?
Por Any Altamirano De la novela (Ojos de Jazmín)
Hoylunes – La soledad de Jazmin, sus conversaciones silenciosas e introspectivas, por ser la más pequeña de la casa y no tener con quien jugar; de salidas restringidas para visitar a Violeta, su amiga de la casa contigua a quien quería como a una hermana; y después de haber sido reprendida injustamente, Jasmín un día deseó morir.
La pequeña no conocía de los términos de “depresión infantil”, sólo sabía que no quería vivir y pensó, si meterse debajo de la cama sería una buena idea… cerrar sus ojos para no despertar jamás. Así que, un día después de tanto llorar, planeó morir. Como había imaginado, se metió debajo de la cama y cerró sus ojos aún cubiertos de lágrimas deseando estar con Dios, hasta que se quedó dormida. Después de ese sueño profundo, Jazmín despertó y notó que no había tenido resultado lo que había pensado.
La pregunta es: ¿cómo un ser tan pequeño podía pensar en la muerte y en Dios, si nadie hablaba de esto en casa o lo había escuchado en otra parte? ¿acaso, cada ser humano desde que nace tiene integrado el conocimiento de la muerte?.
Respecto a Dios había una posible explicación, de cómo Jazmín sabía que existía. Su abuelita materna, llamada Fátima, era una mujer de fe y cuando estaba con ella, en esas temporadas que regresaba de la casa del campo al pequeño pueblo, donde tenían otra casa y también vivían Jazmín y su madre; la dormía y le enseñaba a orar.
Así transcurrieron los días, hasta que una tarde, estando sola en casa, Jazmín entabló una conversación con Dios y le dijo: — mi madre me ha dicho que mi padre tiene otra familia y no podrá estar conmigo, porque después de saber de su embarazo, mi padre le confesó tal situación, ella le pidió alejarse y decidió criarme sola —. Sabes Dios, después de que nací, nos fuimos muy lejos de mi padre y no lo conocí. Me gustaría tener un padre como los demás niños, entonces le preguntó: ¿quieres ser mi papá?… hubo un silencio en ese momento, Jazmín vió un rayo de luz del cual descendía una mano que provenía del cielo, era la mano de un hombre adulto, que transmitía amor y una gran luz, quien tomó su manita en respuesta a su petición, ella se levantó de dónde estaba y por un momento sintió que caminaba al lado de este ser, por una senda de luz. Ella vió como si fueran dos niñas, la que observaba y su espíritu que se alejaba hacia otro lugar más tranquilo.
Desde aquel momento, Jazmín supo que era especial para su padre del cielo, no sintió más la necesidad de tener un padre. Además, sabía que su abuelito materno de nombre José, le demostraba su cariño, brindando lo necesario para ella, sus cuidados y protección.
De alguna manera, desde esa adopción espiritual, Jazmín se sabía muy amada por Dios, sin sentir la necesidad de su padre biológico. Esa experiencia que ella sintió tan real, le daría la fuerza necesaria para vencer cada obstáculo en su vida y tener una fe inquebrantable, que la acompañaría en las travesías de su vida #any_altamirano #ojos_de_jazmín
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