Te encomiendo mi corazón herido y mi espíritu abatido, pidiéndote fuerzas para encontrar la salida de este laberinto de abuso emocional.
Por Ehab Soltan… De {Mensaje a Dios}
Hoylunes – Querido Dios,
Hoy, mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas, busco consuelo en tus oídos divinos para compartir la carga que pesa en mi corazón. Me encuentro atrapada en un mar de dolor, sin saber cómo afrontar la violencia emocional que mi esposo ha desencadenado en mi vida.
Sus palabras son afiladas como cuchillos, hiriéndome y degradándome constantemente. Cada día es un campo de batalla donde mi autoestima y mi dignidad son heridas profundamente. Me pregunto por qué, Dios mío, por qué tengo que soportar este trato que ha transformado mi vida en una sombra de lo que era.
Mis lágrimas son testigos silenciosos de mi sufrimiento, pero él las ignora como si fueran invisibles. Me siento desatendida, perdida en un ciclo de humillación y desprecio. He perdido la comprensión del verdadero significado del amor y me siento aislada de la felicidad que solía conocer.
Siento miedo, un miedo que me paraliza y me impide vislumbrar una salida de esta pesadilla. Anhelo la paz, la tranquilidad y la alegría que han sido desterradas de mi vida. Aunque no puedo demostrar mi sufrimiento ante los demás, sé que Tú lo ves, lo entiendes y lo sientes.
Ruego que me guíes, Dios misericordioso, que me saques de esta oscuridad que amenaza con envolverme. Aunque no pueda demostrar mi sufrimiento a los ojos del mundo, confío en que Tú conoces mi dolor y mi angustia.
Te encomiendo mi corazón herido y mi espíritu abatido, pidiéndote fuerzas para encontrar la salida de este laberinto de abuso emocional. Ayúdame a recuperar mi autoestima y mi valor, a sanar las heridas que han dejado las palabras hirientes de mi esposo.
Con lágrimas en mis ojos y una esperanza frágil en mi corazón, te imploro que me ayudes a recobrar mi vida, mi felicidad y mi libertad.
Con fe y amor,
Lola Luis
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