Así es como un hombre, a través de mares y distancias, describe su amor eterno por la mujer que, aunque lejos en cuerpo, está eternamente cerca en espíritu. En «Ecos del Corazón Distante», cada pensamiento, cada deseo, cada sueño es un puente que nos une, desafiando las leyes de la física y probando que el verdadero amor no conoce barreras.
Por Ehab Soltan… La segunda parte de la novela {LimoneroII}
Hoylunes – En la vastedad de este mundo, donde las distancias parecen inmensurables y las almas se encuentran a menudo dispersas, vivo yo, un hombre cuyo corazón late con fuerza por un amor que trasciende las millas y los mares. Ella, la mujer a quien amo, puede estar físicamente lejos de mí, pero espiritualmente, está tan cerca como el latido de mi propio corazón.
«Si tienes miedo, mi amor», le susurro al viento, esperando que mis palabras encuentren su camino hacia ella, «te abrazo y conmigo encontrarás seguridad». En los momentos de incertidumbre, quiero ser su refugio, el puerto seguro donde puede anclar su corazón tembloroso.
Cuando se siente perdida en este mundo caótico, le ofrezco un santuario en mi corazón, un lugar donde la ternura y el amor son la ley. «En mi corazón encontrarás ternura», le prometo, una promesa que va más allá de las palabras, nacida del profundo anhelo de mi alma.
A pesar de la distancia, le hago saber que «yo vendré a ti, incluso si estás en el lugar más lejano». No hay rincón en este universo que pueda mantenerme alejado de ella ni hay distancia que pueda apagar la llama de mi amor.
«Te amé, después de ti, mi corazón está contigo», confieso, sabiendo que cada latido de mi corazón lleva su nombre. El amor que siento por ella es un faro que brilla con fuerza, iluminando los rincones más oscuros de mi existencia.
A veces, en la quietud de la noche, siento como si la conociera desde hace eones, como si nuestras almas estuvieran entrelazadas mucho antes de que nuestros caminos se cruzaran en esta vida. «Siento como si te conociera hace mucho tiempo», le digo y cada palabra es una verdad que resuena en lo más profundo de mi ser.
«Ven, mi amor, ven a iluminar mi cielo», le pido, anhelando su presencia que transforma la noche en día y llena mi mundo de colores vivos. Con ella a mi lado, incluso en espíritu, mi vida adquiere un nuevo significado, un propósito renovado.
«Siempre estoy a tu lado y mi vida está contigo dondequiera que estés», le aseguro. Aunque separados por océanos y continentes, estamos unidos por un vínculo que no conoce fronteras ni limitaciones.
Una vez fui su rey y ella mi reina, reinando juntos en un universo donde el amor era nuestra única moneda. Aunque ahora estemos separados, en mi corazón, ella sigue siendo la reina, la soberana indiscutible de mi alma.
#ehabsoltan, #limoneroII, #hoylunes,
Copyright ©️ (2023) (www.hoylunes.com)