Los envidiosos, al no encontrar respuesta, comenzaron a morderse entre ellos. Sus propios celos se volvieron en su contra, y el público, que inicialmente había dudado de Julián, pronto empezó a darse cuenta de la verdad. Por Ehab Soltan Hoylunes – Había una vez un escritor llamado Julián, cuya única ambición en la vida era contar historias que tocaran el…
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