El Silencio del Envidioso

Los envidiosos, al no encontrar respuesta, comenzaron a morderse entre ellos. Sus propios celos se volvieron en su contra, y el público, que inicialmente había dudado de Julián, pronto empezó a darse cuenta de la verdad.

Por Ehab Soltan

Hoylunes – Había una vez un escritor llamado Julián, cuya única ambición en la vida era contar historias que tocaran el corazón de las personas. Desde joven, había soñado con compartir su visión del mundo, sus emociones, y las experiencias que lo habían marcado. Se levantaba cada mañana antes del amanecer, cuando el mundo aún dormía, para plasmar en papel las palabras que bullían en su mente. Cada letra, cada frase, era una parte de su alma.

Con el tiempo, su dedicación dio frutos. Sus obras comenzaron a ganar popularidad. Críticos elogiaban su estilo, y lectores se identificaban con las verdades que transmitía en sus páginas. Sin embargo, con el éxito, vino también la envidia.

Un grupo de escritores, cuyas propias carreras no habían alcanzado el brillo que tanto anhelaban, comenzaron a propagar rumores sobre Julián. Publicaban artículos llenos de mentiras, tratando de manchar su nombre y arruinar su reputación. Los comentarios maliciosos se esparcían como fuego en un bosque seco, inflamados por aquellos que disfrutaban del drama sin importarles la verdad.

Julián, inicialmente desconcertado, intentó defenderse. Escribió cartas, explicó sus inspiraciones y trató de razonar con quienes lo atacaban. Pero nada parecía detener las calumnias. Cuanto más trataba de apagar las llamas de la envidia, más intensas se volvían.

Free Person Writing with Pen Stock Photo

Los días pasaron, y la presión comenzó a afectarlo. Se preguntaba si sus sueños valían la pena tanto sufrimiento. El miedo de que lo destruyeran creció en su interior. El odio de los demás era sofocante, como si lo rodeara una bruma que lo ahogaba.

Sin embargo, una tarde, sentado en su pequeño escritorio, recordó las palabras de su madre: «Hijo, el odio de los demás es como un fuego que sólo consume a quien lo enciende. Tú sigue caminando y deja que las llamas se quemen solas.»

Esa frase se quedó con él, resonando en su mente. Julián decidió hacer algo distinto. En lugar de continuar luchando contra el odio, eligió el silencio. Volvió a su trabajo, a sus libros, y dejó que el tiempo hiciera lo suyo.

Los envidiosos, al no encontrar respuesta, comenzaron a morderse entre ellos. Sus propios celos se volvieron en su contra, y el público, que inicialmente había dudado de Julián, pronto empezó a darse cuenta de la verdad. Como fuego que se apaga por falta de combustible, las calumnias y mentiras fueron perdiendo fuerza.

Julián siguió escribiendo, con más fuerza que nunca. Aprendió que el verdadero poder no radica en combatir el odio con más odio, sino en continuar persiguiendo los sueños con paciencia y persistencia, mientras los envidiosos caen en sus propios abismos.

Con el tiempo, Aquellos que lo atacaron desaparecieron, mientras que las palabras de Julián vivieron para siempre en los corazones de sus lectores.

Así, la historia de Julián no solo es una lección sobre el poder de la paciencia y el trabajo duro, sino también sobre la inevitabilidad de que, tarde o temprano, la verdad siempre triunfa. Para todo aquel que lucha por sus sueños, su historia nos enseña que no importa cuántas veces los demás intenten derribarte; si sigues adelante con firmeza y serenidad, alcanzarás lo que mereces.

La envidia y el odio no pueden sostenerse por siempre. Quien sigue su camino con integridad, tarde o temprano, verá cómo sus esfuerzos dan fruto, mientras los que viven del rencor solo terminan consumidos por sus propios fuegos.

Related posts

Leave a Comment

Verificado por MonsterInsights