La moda en España enfrentará retos y un renacimiento cultural que promete un futuro inclusivo, sostenible y tecnológico.
Por Ehab Soltan
Hoylunes – Las luces decembrinas iluminaban las calles con su brillo festivo, mientras mi esposa y yo paseábamos por el centro de la ciudad, en busca de ropa nueva para celebrar el año entrante. En medio de escaparates decorados y el bullicio de compradores, su pregunta rompió la rutina:
—¿Qué crees que cambiará en la moda española en los próximos años?
Me detuve frente a una tienda cuya vitrina exhibía un vestido confeccionado con materiales reciclados. —Es un tema fascinante respondí, mientras observaba cómo la tecnología y la sostenibilidad ya comenzaban a dejar su huella en el sector.
—La sostenibilidad será el eje central de la moda— le dije, señalando el vestido. Las marcas apostarán por materiales reciclados y procesos de producción ecológicos. Imagínate prendas biodegradables que podrían regresar a la tierra como abono después de su vida útil, o sistemas de moda circular que fomenten la reventa y el alquiler en lugar de la compra desmedida.
Ella asintió, interesada. —Eso también cambiaría la forma en que compramos ropa, ¿no crees?
—Exacto —, continué, mientras caminábamos hacia una boutique especializada en moda inclusiva. En los próximos años, veremos colecciones que representen a todos: tallas grandes, géneros diversos y personas con necesidades especiales. La moda dejará de ser exclusiva para unos pocos y se convertirá en un reflejo fiel de nuestra sociedad.
Su sonrisa reflejaba la esperanza que esta visión inspiraba. —La moda será más humana, más empática —.
Entramos en una tienda equipada con espejos inteligentes que sugerían prendas basadas en tus gustos.
—Esto es solo el principio —, le dije. En un futuro no muy lejano, las experiencias de compra serán completamente digitales. La realidad aumentada y virtual, permitirán probarse ropa sin tocarla, y los robots actuarán como asistentes personales en las tiendas.
Señalé un dispositivo en la esquina que escaneaba las medidas del cliente con precisión quirúrgica. —Pronto, podrás diseñar tu propia ropa personalizada y recibirla al día siguiente gracias a la producción robotizada.
Mi esposa tomó una chaqueta con sensores incorporados y leyó la etiqueta: “Detecta la temperatura corporal y regula el calor de forma automática”.
— ¿Te imaginas? La moda será estética y funcional—, comenté. —Telas inteligentes, ropa que cambia de color según el ambiente o incluso prendas con conectividad Bluetooth para monitorear nuestra salud.
Ella dejó la chaqueta con cuidado, pensativa. —Será como vestirnos con un equipo completo de alta tecnología.
Mientras regresábamos a casa con las bolsas llenas, reflexioné en voz alta:
—Aunque las oportunidades son enormes, también hay retos. Pequeñas marcas necesitarán acceso a estas tecnologías para competir, y la formación de profesionales capacitados será crucial. Pero si algo nos ha enseñado la moda española es que sabemos adaptarnos sin perder nuestra esencia.
Ella apretó mi mano y asintió. —La creatividad y la innovación siempre han sido parte de nuestra identidad. Estoy segura de que España liderará este cambio.
Las luces seguían brillando, mientras un sentido de optimismo nos envolvía. La moda en España enfrentaba un cambio tecnológico, también un renacimiento cultural que prometía un futuro inclusivo, sostenible y tecnológico. El 2025 no será solo un año más, sino el comienzo de una nueva era para una de las industrias más icónicas del país.
—¿Sabes? —, le dije antes de entrar en casa. —No puedo esperar a ver cómo la moda nos sorprenderá el próximo año. Es como si cada prenda llevara consigo una historia nueva por contar.
Ella sonrió. —Y estoy segura de que tú estarás ahí para narrarla. #ehabsoltan, #hoylunes #lamoda
