Cada paso en su carrera literaria ha sido una reafirmación de la valentía que la define, como escritora, como ser humano. Gala Cano ha recorrido un largo camino, desde las sombras de la incertidumbre hasta la luz de la creación literaria. Su vida, marcada por la transformación, ahora se celebra a través de sus relatos, donde el dolor se convierte en magia y la desesperanza en nuevas posibilidades.
Por Ehab Soltan
Hoylunes– Gala Cano, una mujer cuya vida ha estado marcada por la constancia de la enseñanza y la pasión por los libros, vio cómo su mundo conocido comenzaba a desmoronarse lentamente. Nacida en Badalona, Barcelona, España; a la temprana edad de cinco años se mudó con su familia a Argamasilla de Calatrava, un pequeño rincón en Ciudad Real que, con el paso de los años, se convertiría en la residencia de su alma. Junto con Almodóvar del Campo, su pueblo de acogida, estos lugares se convirtieron en los escenarios que le dieron forma a su identidad, mientras su vida transcurría bajo el claro propósito de enseñar, un camino que parecía trazado para ella. Sin embargo, la vida, caprichosa e impredecible, la llevó a enfrentarse a una realidad que cambiaría su rumbo para siempre: una enfermedad que le arrebató la capacidad de seguir ejerciendo la vocación que tanto amaba.
Este golpe brutal, que al principio se manifestó como una sombra de desesperación, se transformó en la semilla que, germinada en ella y que, abonada por las palabras de aliento de su esposo, dieron origen a su verdadera pasión: la escritura. Enfrentada a la incertidumbre y a la tristeza profunda, Gala encontró en las palabras una forma de redención, una manera de recomponer lo que había quedado roto. En ese vacío emocional, cuando la vida parecía despojarla de todas sus certezas, se despertó el deseo de crear historias, de plasmar sus pensamientos y visiones en el papel, algo que había permanecido pendiente en su interior durante años, pero que nunca se había materializado.

Su primer trabajo, la novela titulada «La Sibila Romaní», emergió de este proceso de autodescubrimiento y lucha. En sus páginas, Gala escribió una historia de magia, esoterismo y culturas olvidadas, vertiendo en ella los ecos de su propia transformación. Una mezcla de ficción y experiencia que le permitió sanar, crecer y explorar nuevas facetas de sí misma. En este mundo de visiones y profecías, se convirtió en una narradora de mundos ocultos, un puente entre el pasado y el presente, entre lo tangible y lo intangible.
Desde la primera página, «La sibila romaní» se despliega como un tapiz tejido con hilos de historia y filamentos de magia. No es solo una novela histórica, ni únicamente un relato de ficción: es un crisol de culturas, una danza entre lo tangible y lo onírico, donde la simbología de los sueños y el poder de los colores se convierten en guías y metáforas del destino. Para Gala Cano, escribir esta obra, fue una travesía de descubrimiento, un viaje en el que cada documento consultado, cada palabra del caló aprendida y cada leyenda susurrada por el viento le acercaba un poco más al alma de su propia historia.
Escribir su novela no fue una travesía sencilla. Como escritora novel, se enfrentó a un desafío monumental: reconstruir con fidelidad la atmósfera de finales del siglo XIX y principios del XX, dotando a su narrativa de una autenticidad que permitiera a los lectores no solo imaginar el pasado, sino habitarlo. Se sumergió en una rigurosa investigación que la llevó a recorrer documentos olvidados, desentrañar costumbres romaníes y explorar la riqueza del caló, una lengua que ahora resuena con fuerza en la voz de sus lectores.

Porque «La sibila romaní» se lee, se vive. Ha despertado tal conexión que los lectores, en un acto de complicidad y fascinación, han comenzado a incorporar palabras de la novela en su propio lenguaje cotidiano. Historias como la de aquella mujer que, sin darse cuenta, llamó «gomarra» a su marido al despertarlo, evidencian el poder transformador de la prosa de Gala Cano, que a través de una historia siembra nuevas raíces culturales en quienes la leen.
El éxito de su novela no se mide únicamente en ventas, participación en ferias del libro y encuentros literarios, sino también desde la alegría y satisfacción de cómo es abordada por sus lectores, con gestos cálidos que van desde un saludo, preguntas sobre su novela, elogios y su fascinación por conocerla. Su trascendencia va más allá: Gala Cano y su novela «La sibila romaní» forman parte del prestigioso proyecto «Detrás de cada libro hay una historia», impulsado por el Consejo Literario Independiente de «Viajes Literarios» y «Drama Social». Esta iniciativa, que reúne a escritores de distintas nacionalidades, se publicará inicialmente en español antes de ser traducida a otros idiomas. Su inclusión en este proyecto pone de manifiesto la relevancia de su obra dentro del panorama literario internacional, abriendo nuevas puertas para que su voz alcance a lectores de diferentes culturas.
Cada paso en su carrera literaria ha sido una reafirmación de la valentía que la define, como escritora, como ser humano. Gala Cano ha recorrido un largo camino, desde las sombras de la incertidumbre hasta la luz de la creación literaria. Su vida, marcada por la transformación, ahora se celebra a través de sus relatos, donde el dolor se convierte en magia y la desesperanza en nuevas posibilidades. Su novela no es solo un libro: es un umbral hacia lo desconocido, una ventana a una sabiduría ancestral que nos invita a creer que, en efecto, «todo es posible y la magia existe”.
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