Los triglicéridos altos: un enemigo silencioso que conviene tomarse en serio 

Más allá del colesterol: por qué el exceso de energía almacenada en tu sangre es la señal de alerta que tu corazón e hígado no pueden ignorar, y cómo pequeños cambios cotidianos pueden desactivar esta amenaza invisible.

 

Por Jorge Alonso Curiel

HoyLunes – Es probable que alguna vez te hayan dicho eso de “tienes los triglicéridos un poco altos” al recoger una analítica. Y quizá no le diste demasiada importancia. Total, no duele, no se nota… Pero lo cierto es que los triglicéridos elevados pueden convertirse en un problema serio si se ignoran durante mucho tiempo. 

Vamos a entenderlo sin alarmismos, pero con claridad. 

¿Qué son exactamente los triglicéridos? 

Los triglicéridos son un tipo de grasa que circula por la sangre. Nuestro cuerpo los utiliza como fuente de energía, algo totalmente normal y necesario. El problema aparece cuando hay demasiados. 

Cuando comemos más calorías de las que necesitamos —especialmente de azúcares, harinas refinadas y alcohol—, el cuerpo convierte ese exceso en triglicéridos y los almacena. Si esta situación se repite de forma habitual, los niveles empiezan a subir. 

Un flujo libre de obstáculos: la importancia de mantener nuestras arterias limpias para un corazón fuerte.

¿Por qué tenerlos altos es peligroso? 

El principal riesgo de los triglicéridos elevados es que aumentan de forma significativa la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Aunque muchas veces se habla más del colesterol, los triglicéridos también juegan un papel clave en la salud del corazón. 

Estos son algunos de los peligros más importantes: 

Mayor riesgo de infarto y enfermedades del corazón 
Los triglicéridos altos favorecen la acumulación de grasa en las arterias, lo que dificulta el paso de la sangre. Esto puede terminar en arteriosclerosis, infartos o angina de pecho. 

Problemas en el hígado 
Cuando los triglicéridos se disparan, el hígado puede empezar a acumular grasa, dando lugar al llamado hígado graso. Al principio no suele dar síntomas, pero a largo plazo puede derivar en inflamación hepática y otros problemas más serios. 

Relación con la diabetes tipo 2 
Los triglicéridos altos suelen ir de la mano de la resistencia a la insulina. Esto significa que el cuerpo no gestiona bien el azúcar en sangre, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes. 

Pancreatitis (en casos extremos) 
Cuando los niveles son muy elevados, existe riesgo de pancreatitis, una inflamación del páncreas que puede ser grave y requiere atención médica urgente. 

El problema es que no avisan 

Uno de los aspectos más peligrosos de los triglicéridos altos es que no suelen dar síntomas. No hay dolor, ni mareos, ni señales claras hasta que el daño ya está hecho. Por eso muchas personas conviven con niveles elevados durante años sin saberlo. 

La única forma de detectarlos es mediante un análisis de sangre. 

Cada paso cuenta: el movimiento constante es la mejor medicina para transformar el exceso en energía vital.

¿Qué suele hacer que se disparen? 

Algunos factores muy comunes son: 

Dietas ricas en azúcares, dulces, refrescos y bollería 

Consumo habitual de alcohol 

Vida sedentaria 

Sobrepeso u obesidad 

Estrés crónico 

Antecedentes familiares 

La buena noticia es que muchos de estos factores sí se pueden modificar, claro que sí. 

¿Se pueden bajar los triglicéridos? 

En la mayoría de los casos, sí. Y no siempre hace falta empezar con medicación. Pequeños cambios sostenidos en el tiempo pueden marcar una gran diferencia: 

Reducir el consumo de azúcar y productos ultraprocesados. 

Limitar el alcohol (o eliminarlo si los niveles son altos). 

Priorizar verduras, frutas enteras, legumbres, pescado y grasas saludables. 

Moverse más: caminar, nadar, bailar… lo que te resulte más fácil de mantener. 

Dormir mejor y gestionar el estrés. 

No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo de manera constante. 

Sustituir los azúcares por grasas saludables es el primer gran paso hacia el equilibrio.

En conclusión, tener los triglicéridos altos no es una sentencia, pero tampoco es algo que convenga ignorar. Son una señal de aviso del cuerpo, una oportunidad para parar y cuidar un poco más de nuestra salud antes de que aparezcan problemas mayores. 

Si tu última analítica mostró valores elevados, tómalo como una invitación a cuidarte, no como un motivo de miedo. Tu corazón, tu hígado y tu salud futura te lo agradecerán, tenlo por seguro. 

Jorge Alonso Curiel. Periodista, redactor, escritor, crítico cinematográfico, fotógrafo. Licenciado en Filología Hispánica. Socio del Círculo de Escritores.

#hoylunes, #jorge_alonso_curiel,  #los_triglicéridos,

Related posts

Leave a Comment

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad