Jazmín, a través de sus experiencias, comprendió que a pesar de los accidentes y peligros, cada persona tiene una misión en la Tierra, un propósito de vida designado por Dios.
Por Any Altamirano De la novela (Ojos de Jazmín)
Hoylunes – Jazmín creció en un tiempo donde la seguridad no era una prioridad. En su silenciosa casa, soñaba con aventuras al estilo de los boy scouts, pero sin guía ni preparación, solo impulsada por su curiosidad, ignorando los riesgos que acechaban. Cada travesura peligrosa que emprendía se convertía en una lección de supervivencia, un recordatorio de su fortaleza y tenacidad.
Desde pequeña, Jazmín se enfrentó a innumerables peligros. Al cortar frutas, se quemó con gusanos venenosos; al explorar el campo, se pinchó con espinas; al asomarse a un pozo, estuvo al borde de la caída; al acercarse a animales grandes, corrió el riesgo de ser arrojada por el aire. Incluso incendió una bolsa de plástico, experimentando el ardor de las llamas en su piel, y sufrió quemaduras al tocar objetos calientes o acercarse demasiado al fuego.
Los riesgos no se limitaron a sus exploraciones solitarias. Influenciada por otros niños, sufrió ceguera temporal al aplicarse crema mentolada en los ojos y casi perdió la movilidad de sus dedos al pegarlos con cianoacrilato. Estos incidentes, lejos de ser simples accidentes, se convirtieron en valiosas lecciones de vida y fe, recordándole constantemente el amor protector de Dios.
Pero su curiosidad no tenía límites. Tras sobrevivir a una asfixia por inhalar un chile, continuó explorando los límites de su cuerpo y su entorno. Inspirada por su madre, introdujo un pasador en su oído, lo que resultó en una dolorosa infección y otra visita al médico, aprendiendo así la importancia de no introducir objetos en orificios corporales.
Uno de sus episodios más impactantes ocurrió jugando cerca de un enchufe eléctrico. La curiosidad la llevó a insertar un pasador en el orificio, recibiendo una fuerte descarga eléctrica que la lanzó varios metros. Este incidente, como los demás, reforzó su creencia en un destino mayor.
Jazmín, a través de sus experiencias, comprendió que a pesar de los accidentes y peligros, cada persona tiene una misión en la Tierra, un propósito de vida designado por Dios. Su resiliente espíritu, curtido por incontables desafíos, se convirtió en testimonio de esta convicción #any_altamirano, #ojos_de_jazmín, #hoylunes,
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