Uno de cada diez individuos a nivel mundial sufre de depresión, aún no existen biomarcadores definidos para diagnosticar la enfermedad, que generalmente se identifica por evaluación comportamental.
HoyLunes – En el mundo de la ciencia, se dice que los ojos no solo son el espejo del alma, sino que también podrían ser indicadores clave para la detección precoz de la depresión. Un estudio reciente, publicado en Science Alert, revela cómo la respuesta de nuestras pupilas ante la anticipación de una recompensa puede ser un indicador de depresión clínica.
Generalmente, nuestro cerebro se activa y muestra signos de anticipación positiva, como la dilatación de las pupilas, ante la posibilidad de obtener una recompensa, por ejemplo, dinero. Sin embargo, el estudio encontró que individuos con depresión clínica mostraban una notable falta de esta anticipación y la consiguiente dilatación pupilar.
Los investigadores observaron que cuanto más intensos eran los síntomas depresivos reportados por los participantes, menos se dilataban sus pupilas ante la posibilidad de ganar 1 euro. Este efecto era especialmente pronunciado en aquellos que experimentaban anhedonia, o la incapacidad de sentir placer, y una notable pérdida de energía.
La dilatación pupilar, parte de nuestra respuesta al estrés o la excitación, es controlada por el locus coeruleus en el tronco del encéfalo a través de la liberación de norepinefrina. «Estos hallazgos nos acercan a comprender los procesos fisiológicos detrás de la depresión», explicó Victor Spormaker, psicólogo e investigador del Instituto Max Planck de Psiquiatría en Alemania y coautor del estudio.
En el estudio, un grupo de 40 personas con depresión no tratada y 31 individuos saludables realizaron varias tareas en una computadora, mientras se medía el tamaño de sus pupilas con un rastreador ocular. Las tareas consistían en indicar la posibilidad de ganar una recompensa monetaria, requiriendo una rápida respuesta del participante para obtener el premio.
A pesar de que aproximadamente uno de cada diez individuos a nivel mundial sufre de depresión, aún no existen biomarcadores definidos para diagnosticar la enfermedad, que generalmente se identifica por evaluación comportamental.
Este estudio no solo subraya el potencial del seguimiento ocular como herramienta clínica para clasificar a las personas con depresión en subgrupos o para monitorear su respuesta al tratamiento, sino que también destaca la complejidad del diagnóstico de la depresión, donde hasta ahora se ha dependido principalmente de la autoevaluación del paciente, sin un método específico para diagnosticar la enfermedad y evaluar su progresión.